Gran nota sobre lo que es la pretemporada dentro del rugby y su importancia para todo el año.
Luego de haber finalizado una dura temporada en el periodo competitivo de nuestro deporte, se nos acercan nuestros periodos recreativos y de vacaciones, sin dejar de lado la participación de Seven A Side y Five A Side durante la temporada de verano y luego se origina la pregunta… ¿Y ahora qué?. Es donde nace el periodo llamado pretemporada, momento esperado por todo el club, amado por unos, odiado por otros, pero: ¿Que es una pretemporada?
Las pretemporadas, en el rugby como en cualquier deporte, generan las bases para aguantar una temporada competitiva principalmente para llegar en nuestra mejor forma física previniendo lesiones y aumentando nuestro rendimiento.
Si bien es cierto, el rugbista a nivel social, se le conoce físicamente como una persona de un aspecto físico más musculado dado el deporte de contacto que realiza, pero esto a través de los años ha cambiado drásticamente logrando un aspecto físico más atlético, un rugbista más gimnasta, un rugbista más inteligente, ya no se trata solo de tomar el balón y correr hacían adelante botando todo lo que se cruce en nuestro camino, se trata de evadir obstáculos, cambiar de dirección, agacharse, caer, pararse, saltar, rotar, dar volteretas, traccionar, empujar, y muy importante, ser rápido física y mentalmente, logrando resolver distintos planteamientos a lo largo de 80 minutos de partido.
Una buena pretemporada de rugby no se basa en ir a entrenar y destruirse desde el primer día sin sentido alguno, tampoco nos sirve estar corriendo largas horas y dejar todo el resto del trabajo al aire, ya sea trabajos de fuerza, de potencia, de velocidad. Debemos pensar que todo trabajo debe tener un objetivo claro, pero para lograr aquel objetivo tenemos que pasar por un proceso desde lo más básico a lo más complejo, ya sea, enseñar a realizar una sentadilla y desde ese punto avanzar a trabajos más complejos tales como un clean and jerk o un snatch.
Fundamental para una pretemporada, la evaluación y control de los avances que lleva durante este proceso cada jugador, no solo para evaluar cuanto logro correr o levantar en cada ejercicio, sino que para saber desde donde podemos comenzar nuestras sesiones y en qué condiciones se encuentra el rugbier desde que se inició la pretemporada hasta el fin de nuestro periodo precompetitivo.
Es muy importante durante una pretemporada, que el profesor o PF a cargo este muy preocupado de cada movimiento que realiza el jugador, a estos los llamaremos movimientos integrados, en donde mejorando milimétricamente la postura de carrera, de Scrum entre otras, podemos lograr grandes mejoras en el deportista, a veces, menos es más, es decir, hagamos lo más básico, corrijámoslo, mejorémoslo, evaluemos y seguimos entrenando paso a paso las distintas directrices que debe adquirir el rugbier.
Durante el proceso de pretemporada no podemos dejar pasar además de nuestros importantísimos trabajos en pista, los trabajos realizados en las salas de musculación, pilares fundamentes que todo rugbista debe entrenar, esto tal como fue mencionado anteriormente será exclusivamente base para una prevención de lesiones y mejoras funcionales, pilares tales como el “core”, los “estabilizadores de cadera” y los “estabilizadores de escápula” y también el trabajo multidisciplinario con variados profesionales del área, ya sea en el área de la nutrición, en el área de la kinesiología como también muy importante en el área psicológica.
La resiliencia juega un papel fundamental durante este periodo, nos sentiremos cansados, agotados, adoloridos y ahí es donde se debe concretar el rol del PF a cabalidad en donde el, como también el coach y sus compañeros deben sostener al jugador y llevarlo a que del +1 dentro de cada entrenamiento y demostrarle que se puede, que cada repetición de cada ejercicio es un logro, es un avance y que gracias a eso llevara al club a lo más alto, a lo que todos apuntamos, a lograr el campeonato, la retroalimentación positiva siempre debe existir y si llegase a existir una retroalimentación negativa, debemos dar a entender que todo mejorara, que todo tiene solución y que si a lo mejor se retrocedió un paso, se pueden avanzar 2 o 3.
Un rugbier no se logra solo con largas horas de sesiones de entrenamiento en cancha, tampoco con largas horas de entrenamiento en sala de musculación, un rugbier se logra generando un equilibrio entre ambas y sumándole a esto al área transversal que tanto se le caracteriza a nuestro deporte, la solidaridad, la lealtad y a modo personal el trabajo en equipo, pero para que todas estas se lleven a cabo debemos dar un énfasis mayor al compromiso con uno mismo, con el compañero.
Una buena pretemporada es y será una pretemporada exitosa, solo si el jugador y el club se lo plantean así… ¡¡¡YO QUIERO…YO PUEDO !!!
Camilo Valenzuela – Profesor Educación Física